Hay historias que nos hacen reír, llorar y reflexionar al mismo tiempo. Historias que nos devuelven a nuestra adolescencia, nos recuerdan la amistad y nos confrontan con la complejidad de crecer. Nadie nos va a extrañar, la comedia dramática mexicana de Prime Video, es exactamente eso: un viaje a la preparatoria de los años 90 que va mucho más allá de la venta clandestina de tareas escolares.
Una mirada nostálgica a la adolescencia
La trama sigue a cinco estudiantes de preparatoria en la Ciudad de México de 1994: Tenoch (Virgilio Delgado), el líder nerd; Daniela (Macarena Oz), la brillante que busca ser aceptada; Marifer (Camila Calónico), la soñadora creativa; Alex (Nicolás Haza), el ex fresa que busca un nuevo rumbo; y Memo (Axel Madrazo), el chico de clase alta con muchos secretos. Unidos bajo la etiqueta de “perdedores”, los jóvenes crean un negocio ilegal vendiendo tareas para ganar dinero y popularidad. Lo que empieza como un juego arriesgado entre adolescentes termina desentrañando los conflictos internos que cada uno enfrenta en silencio.

La serie no sólo aborda la comedia y la emoción del “coming of age”, sino que también se adentra en temas delicados como la salud mental, la sexualidad, la soledad y el duelo. La manera en que se construyen los personajes permite que nos identifiquemos con sus inseguridades, sus decisiones equivocadas y sus momentos de alegría genuina, mientras experimentan las pequeñas victorias y grandes pérdidas que marcan la adolescencia.
El contexto noventero es un plus que aporta nostalgia a quienes vivieron esa época: sin redes sociales, con bandas sonoras inolvidables y un entorno estudiantil que ahora parece casi lejano, Nadie nos va a extrañar captura la esencia de un México previo a la globalización digital, haciendo que la historia se sienta auténtica y cercana.

¿Realmente necesitamos una segunda temporada?
**Spoiler Alert por si no has visto la serie**
El final de la serie deja una herida profunda. La muerte de Memo no es solo un golpe narrativo, sino un recordatorio de que la tristeza puede ser silenciosa y que, a veces, quienes parecen estar bien llevan cargas invisibles. Los pequeños gestos de Memo hacia los últimos capítulos, como regalarle a Alex sus dulces favoritos o traducir letras de canciones para Daniela, cobran un nuevo significado a la luz de su trágico desenlace. Este cierre provoca una reflexión sobre la amistad, la empatía y la importancia de mirar más allá de lo superficial.

A pesar del final aparentemente cerrado, la noticia de una segunda temporada genera debate. Por un lado, los fans esperan descubrir más sobre los personajes y su negocio; algunos sugieren flashbacks que exploren la historia de Memo antes de conocer al grupo o la vida individual de cada protagonista. Por otro, hay quienes cuestionan si una continuación sería necesaria, temiendo que se diluya el mensaje original, como ocurrió con otras series de alto impacto similares que prolongaron la historia más allá de su fuerza inicial (caso 13 Reasons Why).
Nadie nos va a extrañar no es solo un relato sobre adolescentes en problemas; es una historia sobre crecer, encontrar tu lugar en el mundo y aprender que la amistad y la vulnerabilidad son más poderosas que cualquier logro social o económico. Mientras esa segunda temporada (que ya se está grabando) llega para algún punto del 2026, quienes buscan un drama adolescente inteligente, emotivo y con un toque de humor, esta serie es una joya que vale la pena descubrir.
