Dorothy sin rostro en Wicked For Good misterio en Oz

Dorothy en ‘Wicked: For Good’: El misterio detrás del rostro que ¿nunca veremos?

La llegada de Wicked: For Good a los cines ha generado expectativas colosales. Esta segunda parte de la saga basada en la famosa historia de Elphaba y Glinda promete no solo continuar con la magia y los conflictos de Oz, sino también expandir la narrativa de la icónica obra que ha cautivado generaciones desde el libro de Gregory Maguire y la aclamada adaptación musical. Los fans esperan con ansias cada detalle: las nuevas canciones, las complejas relaciones entre los personajes y, por supuesto, la aparición de Dorothy, uno de los personajes más emblemáticos de The Wizard of Oz.

En redes sociales, la curiosidad por quién dará vida a Dorothy ha desatado todo tipo de teorías. Aunque el papel aún no ha sido oficialmente confirmado, Alisha Weir se menciona con frecuencia debido a su actuación en Matilda the Musical, su reciente rol en Abigail y su aparición en el estreno de Wicked usando zapatos plateados. Otros nombres que circulan entre los fans incluyen Maddie Ziegler, Dove Cameron, e incluso Millie Bobby Brown. Sin embargo, quienes conocen la obra saben que el enfoque de Dorothy en Wicked es completamente distinto al de la película de 1939 protagonizada por Judy Garland.

Dorothy sin rostro
Dorothy sigue siendo un misterio en Wicked: For Good, recordando su importancia como símbolo de inocencia y aventura/ Universal Pictures

¿Dorothy no tendrá cara en Wicked?

En Wicked: For Good, Dorothy no será mostrada claramente. Cynthia Erivo, quien interpreta a Elphaba, confirmó en una reciente entrevista con Empire que Dorothy aparecerá únicamente desde la distancia o de espaldas, preservando su rostro como un misterio. Esta decisión estilística no es caprichosa sino que sigue la línea de la obra original. Mantener a Dorothy sin rostro es intencional pues permite que la historia siga siendo sobre Glinda y Elphaba, evitando que el relato se desvíe hacia el icónico personaje de la película original.

Por otro lado, Dorothy es un símbolo de inocencia, aventura y “hogar”, y ocultar su rostro asegura que cada espectador pueda proyectar su propia versión del personaje, respetando la imagen que Judy Garland inmortalizó en 1939. Como señala Erivo: “Creo que es algo maravilloso porque todos pueden mantener a la Dorothy que conocen”. De esta forma, la película no obliga a los fans a aceptar una interpretación visual completamente nueva de un personaje ya querido y reconocido.

Dorothy sin rostro
¿Quién sería Dorothy en Wicked For Good?

Dorothy como símbolo y catalizadora

Más allá de preservar la narrativa y el legado, Dorothy funciona como una figura simbólica en Wicked: For Good. Su presencia recuerda a los espectadores el mundo mágico de Oz y su historia, mientras contrasta con las experiencias más oscuras y complejas de Elphaba y Glinda. En la obra, Dorothy no es la heroína central; es una catalizadora de eventos, un accidente trágico que desencadena momentos clave, como la muerte de Elphaba desde la perspectiva del público.

Esta reinterpretación también permite explorar nuevas dinámicas en la película. Por ejemplo, Jon M. Chu, director del filme, señaló que la inclusión de Dorothy conecta directamente la historia de las brujas con el relato original de L. Frank Baum, pero desde un ángulo más centrado en las protagonistas femeninas.

Las zapatillas rojas en El Mago de Oz
Las zapatillas rojas en El Mago de Oz representan el poder, la magia y el regreso al hogar de Dorothy/ Crédito: Warner Bros.

Ariana Grande, quien interpreta a Glinda, destacó la compleja relación de su personaje con Dorothy: “Hay mucho en juego, y Glinda no tiene tiempo de lidiar con esto… Podría haberla enviado en el tren hacia la Ciudad Esmeralda, pero no lo hizo”.

Con Wicked: For Good, los fans no solo disfrutarán de nuevas canciones y de la expansión de la historia de sus brujas favoritas, sino también de un enfoque narrativo que respeta la esencia de Oz, mantiene la tensión dramática y transforma a Dorothy en un símbolo eterno de aventura e inocencia. El misterio de su rostro faceless se convierte así en un recurso poderoso: un recordatorio de que la magia de Oz no está solo en quienes vemos, sino en cómo imaginamos a sus personajes.

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